“Puedo hacer todo con facilidad en el escenario, mientras que en la vida real me siento muy grande y torpe… no he elegí actuar… La actuación me eligió a mi”

jueves, 7 de enero de 2010

BARATARIA EN EL ENTEPOLA


El teatro platense, en Entepola 2010“Ensueños, Juana Azurduy”, del grupo Barataria, participará del II Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano



San Salvador de Jujuy será, nuevamente, sede oficial del II Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano –Entepola-, un evento que reúne propuestas escénicas de Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, Brasil, México y Perú. En esta edición, que se desarrollará entre el 8 y el 13 de enero, la obra “Ensueños, Juana Azurduy” del grupo platense Barataria ha sido seleccionada especialmente para representar no sólo a la Ciudad sino también al país.


El Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano es –según sus organizadores- “un punto de encuentro de energías creadoras, de necesidad de participación social, en donde la fuente aglutinadora es fundamentalmente el teatro”. Declarado de Interés Nacional, el evento promueve “el fenómeno de encuentros que genera el teatro, una actividad que aleja al hombre del individualismo y lo ubica cara a cara con otras personas. Entonces, se convierte en un proceso de transmisión, consolidación, creación y recreación de la cultura”.

En este sentido, es para los integrantes de Barataria “un orgullo tener la posibilidad de participar en este encuentro que tanta repercusión artística y social tiene en América Latina”.


“Ensueños…” fue elegida de una exhaustiva selección de más de dos mil obras presentadas para formar parte de las 18 piezas, tanto nacionales como internacionales, que se interpretarán en el Encuentro. Para esta edición, los organizadores tuvieron en cuenta las “propuestas que evidencien la búsqueda de nuevas teatralidades, que tengan como eje fundamental la experimentación con distintos lenguajes escénicos; así como el uso de espacios no convencionales”.




La propuesta de nuestra ciudad

“Ensueños” sobre la vida de Juana Azurduy:Labra narra el último día de vida de Juana Azurduy; es un 25 de Mayo de 1862 . La acción transcurre en un miserable cuarto del barrio de Coripata, en Chuquisaca, también llamada La Plata, su ciudad natal. Pero también podría transcurrir sólo en su mente, pues “Ensueños” es un viaje al interior de si misma; un viaje de autocrítica y conocimiento y un reencuentro con su pasado de lucha revolucionaria. El otro personaje es la Muerte, que viene a buscarla; la muerte es aquí, no un castigo, sino el merecido descanso para una vida dolorosa y agitada.

“Juana Azurduy está cargada de odio y resentimiento; las sucesivas traiciones que han acabado con el proceso revolucionario iniciado en 1809, la han marginado de la vida política hundiéndola en la pobreza y el olvido. Ya nada es suyo, nada le pertenece, ni su historia. La Muerte conmovida por esta situación, decide ayudarla y asume el rostro de algunos de sus seres mas queridos; por su mente desfilan las figuras de Manuel Padilla, su marido; Juan Hualparrimachi, su Lugarteniente, Indio descendiente de un Cacique Inca y su padre, el Español Matías Azurduy, quienes irán, en su confrontación con ella, haciéndole recuperar las certezas, alegrías y pasiones que la caracterizaron. Juana Azurduy muere así, iniciando un viaje que la llevará a otros destinos, a nuevas aventuras”, explica Omar Musa sobre el argumento de la obra.


Interpretada por Ana María Haramboure (Juana) y Carlos Aprea (La Muerte), con la escenografía de Máximo Panizza y el maquillaje también de Haramboure, la obra fue dirigida por Nina Rapp y tuvo, en sus múltiples presentaciones tanto locales como provinciales e incluso nacionales, muy buenas críticas.


“(…) El gran mérito de esta pieza de Omar Musa es cifrar, en un lapso relativamente breve, eventos muy destacados de la vida casi mítica de Juana Azurduy; el otro es su sencilla y eficaz estructura para hacerlo. La escena comienza en el astroso cuarto de la heroína en su vejez, ante la inminencia de la muerte. Allí evoca su vida, resentida por el abandono de sus compatriotas, arrepentida de haberse entregado a la Patria, aguardando el fin, increpando a la Pachamama que se niega a devorarla. Del fondo del proscenio, con un recurso escénico acotado pero expresivo, se abre una especie de túnel oscuro y neblinoso, desde donde arriba una figura. Es el fantasma de su esposo, el prócer Juan Ascensio Padilla, que para salvarla perdió su vida: le reclama a Juana una reconciliación con su pasado. Así la Muerte cercana toma la forma de tres fantasmas masculinos: Padilla, luego Juan Hualparrimachi -su fiel lugarteniente- y al fin su padre, Matías Azurduy. Tres hombres a través de cuyos relatos el público asiste a las hazañas, los duelos y las utopías de una mujer extraordinaria que, antes de morir, debe asumir su terrible vida, el duro camino de su heroicidad…”, escribía Jorge Monteleone en El Día sobre su visión de esta pieza teatral.




No hay comentarios: