Ginés de Roma fue un actor romano del siglo III. Es considerado santo
mártir por el catolicismo. Según la leyenda, a Ginés, mientras
representaba una comedia ante el emperador Diocleciano, se le ocurrió
parodiar el bautismo, que había presenciado unos días antes.
Pero se produjo un milagro, y nada más recibir el agua, mientras
realizaba la comedia se convirtió al cristianismo. Fue torturado y
decapitado por el prefecto de Roma en el año 286. Su festividad se
celebra el día 25 de agosto.
Por ese motivo se instituyó al día 26 como fecha para celebrar, en conmemoración de la gesta de Ginés, “El Día del Actor”.
En Argentina, en 1992, se decidió declarar: “Día del actor argentino”
aquella fecha que resulte de todos los segundos lunes de cada mayo. Lo
cierto es que parece que Ginés se rebelo contra el emperador y fue
castigado (y muy duramente, por cierto) por su rebeldía.
Otro detalle llamativo es que los 26 de agosto, la celebración de “El
Día del Actor” coincide con la de “El día de la solidaridad”. Todos los
trabajos que tengan la posibilidad de llamarse tales, son realizados
por trabajadores, y el concepto de “solidaridad” siempre va de la mano
de la condición de trabajador; ya que no hay trabajador que no
reconozca la existencia imprescindible de otro.
Los actores, además, nos permitimos jugar a ser ese “otro” que
justifica nuestra propia existencia. Vaya, pues, un simpático y propio
abrazo a todos los trabajadores actores. Vaya, también, un sincero
agradecimiento a todos los que nos saludaron este día; y vaya, por
sobre todas las cosas, un entrañable gesto capaz de convertirse en toda
una de esas elementales acciones físicas, para los que nos
enorgullecemos de nuestra condición de trabajadores y actores.
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